Mesa de luz de Paola

Hace unos días escuché en un spot publicitario, una frase de genial precisión: “diciembre es el mes del IBA”. ¡Tienen razón! 
Será por eso que la velocidad –en diciembre- se impone en todas y cada una de las actividades que aún realizamos hasta ¡por fin! meter los pies en el mar o zambullirnos en la reposera. 

Todo lo que IBAmos a hacer durante el transcurso de un año, pretendemos realizarlo en los últimos quince días. ¡No podemos negar que profesamos una fuerte predilección por lo imposible!

Lo cierto es que para estas vacaciones voy a leer lo que IBA a leer durante el año y no lo leí.

Esperan entonces, medio abandonados en mi mesa de luz y deseando ocupar un lugar en el bolso playero: Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, Robert Louis Stevenson, La isla del tesoro, Jane Austen, La abadía de Northanger y algún otro título que encuentre en las góndolas de libros de los supermercados a los que, lamentablemente, uno tiene que visitar con más asiduidad de la deseada en estos tiempos de Santa. 

¿Qué están planeando leer ustedes?

Licenciado Lapsus Linguae: La domadora del tiempo al diván


Por Mayra Nebril

Las inundaciones más graves de la historia del país habían comenzado. Treinta y tres fue el primer lugar castigado por el agua con veinte mil evacuados, el pueblo de Vergara afrontó una inmersión total al tercer día de lluvia, por lo que empezaban a llamarlo el Atlantis uruguayo. 

El Pepe había creado un comité de emergencia nacional formado por profesores de natación que daban clases en las lagunas públicas, cursos acelerados de una semana para aprender a nadar. Estilo crol, espalda y rana, tuvieron que incorporar el modo perrito para los que no le agarraban la mano ni a hacer la plancha.

El gobierno suministraba mallas, bikinis y shorts de baño, pero se agotaron a los tres días. El ministro de salud pública exhortaba a los vecinos y vecinas a cuidar su higiene personal ya que el contagio de hongos y moluscos estaba haciendo estragos en la población. Incluso Lucía, para apoyar a su marido y dar el ejemplo, había organizado una serie de nado sincronizado con María Julia y Daisy. Al ritmo de tambores que sonaban ejecutados por tres ministros, se zambulleron las tres mujeres ceñidas por sus mallas frenteamplistas en la laguna. Había que ver para creer. Formaron rosas, mariposas, la hoz y el martillo. Y para finalizar el acto, intentaron, aunque no lució bien, dibujar la cara del Che. Un esfuerzo titánico, que las dejó extenuadas pero que puso al plantel de gobierno a vivarlas de pie. 

En fin, lo que quiero que comprendan es que cuando hablo de crisis nacional, no exagero en absoluto, y ningún uruguayo que pensara tener una solución para las inundaciones, hubiera dudado en ofrecerla.
Eran las nueve de la noche del miércoles, el Licenciado Lapsus Linguae con una copa de vino y la radio encendida intentaba distenderse. Lo sacó de sus pensamientos el timbre. No esperaba a nadie. Se acercó a la puerta y encontró a una mujer.
-¿Lapsus?
-El mismo.
-Soy la Licenciada Albahaca. Fuimos compañeros en Facultad.  Nos hemos cruzado en congresos, ¿me recuerda? - Lapsus la enfocó con esmero, y la encontró vagamente familiar. – Quisiera tener una consulta con usted.
-Tiene que pedir hora, si quiere lo agendamos para la semana próxima.
-¿No podría ser ahora? No sé si podré volver a juntar valor.

Lapsus estaba sopesando el pedido, cuando el toldo del cielo se rajó y comenzó a caer agua a baldazos  
-Pase, pronto. – resolvió el Licenciado –Su rostro me es familiar. Tome asiento. Usted dirá, Licenciada Albahaca, cuál es su emergencia.
-De esta consulta entre usted y yo, depende el destino de Uruguay Licenciado, y mire que no estoy exagerando.
-Explíqueme Albahaca, ¿cómo es esto de ayudar a nuestro pueblo? 
-Leer es una pasión para mí y hace un tiempo se han abierto túneles entre la lectura que realizo y mi ser. Leo y siento, y es ese sentir el que se transmuta en determinado tipo de clima, clima afectivo que se literaliza. 
- ...¿?
-Le explico, llueve cuando leo a Virginia Woolf, mi preferida. Y con Borges, un gentleman sobrio austero, comienza a secar lo anegado, y con Cortázar viene la primavera y florecen jazmines en abril, y con Flaubert la lentitud nos hace flotar en brisa calurosa, ¿me sigue?  Esto es cierto Licenciado, mire que me he dedicado a hacer changas como domadora del tiempo. Los fines de semana voy a barmitzva, bodas, cumpleaños, me contratan para que no les llueva. En la embajada de Inglaterra, por el casamiento de la princesa hubo una fiesta, ¿se acuerda?...estaba pronosticada una tormenta con alerta meteorológica, me esforcé mucho esa vez, empecé a circular por el evento recitando poesías de Borges. Y si quiere le cuento de otro evento más reciente.  ¿Usted va a la fiesta de Yemanja? Me contrataron un grupo de pais y mais para el festejo. Hicimos un recorrido por cinco playas.
-¿Hicimos? ¿Con quién trabaja Albahaca?
-En esa oportunidad, me acompañaron mi marido y los gurises, como la paga no era muy buena, negocié con el pai jefe una autorización para un puesto de venta ambulante, y mientras yo recitaba “Alguien” de Borges. ... No me mire con esa cara, parece fácil, pero lo desafío a que intente recordar a Borges cual letanía, mientras están tirando melones y pepinos encendidos al mar, no es sencillo. Mientras tanto mi familia ofrecía velas, tarros de pop, y tortas fritas que hicimos de a cientos en el correr del día. Usted sabe que la psicología es económicamente muy inestable, y una changuita que otra no me venía mal. ... Pero perdí el don, y es todo un descontrol ahora.
-¿Usted se culpa por las tremendas inundaciones, Albahaca?
-Virginia Woolf me recita sus frases una tras otra sin que la llame. Leo a Borges y allí aparece Mrs. Dalloway, leo a Tolstoi y aparece Orlando, leo la revista Caras e irrumpe una declamación de Las olas. Se me trancó la Woolf y no encuentro la manera de resetearla, ¿entiende? La lluvia no se va a detener Lapsus hasta que no la destranque, lo sé, se lo aseguro.  
-¿No le parece un poco mucho lo que sugiere Licenciada?  ¡Usted controla el clima!
-…

En medio del silencio el Licenciado supo que era verdad, y sopesó la responsabilidad que tenía en sus manos. La seguridad pública de un país y sus habitantes.

-Haremos un trabajo intensivo, dos horas diarias de lunes a domingo, usted se tiene que entregar a mis procedimientos, las situaciones delicadas requieren de procedimientos riesgosos.
-Por supuesto Licenciado, proceda. 
-Leeremos autores frescos, contemporáneos, le prohíbo la conexión con los clásicos tanto en sesión como fuera de ella. Tenemos un máximo de dos semanas y hoy empieza el exorcismo.
-No quiero resignar a Virginia, Licenciado, no puedo.
-Mire Albahaca, tiene una responsabilidad para con una nación, es su deber, y va a tener que desalojarla. 

Un trueno les iluminó la conclusión. 

-Decidido. Salvaremos la patria, Licenciado.

A los diez días paró de llover, el cielo gris empezó a agujerearse de celeste. El agua se empezó a evaporar y el alerta rojo fue naranja, amarillo y verde. Albahaca quedó extenuada por los intensos procedimientos. Lectura de Cohelo y Corín Tellado de dos horas diarias, y para redondear las sesiones, libros de autoayuda y sus ejercicios: Acuéstese en el piso y grite los defectos que quiere dejar salir de su cuerpo.

La licenciada sigue gustando de la lectura de Virginia, pero sabe de su responsabilidad y resiste al vicio con el muro de la abstinencia. Lapsus en los días de bochornoso calor la recuerda con compasión, sabe que deberíamos sacar a Artigas de la Plaza Independencia y sobre el caballo sentar a la Licenciada Albahaca, la domadora del tiempo, y a él, su psicoanalista. Son héroes nacionales, y se merecen un buen descanso. 

Nos trasladamos: mesa de luz de Mayra


Llegó diciembre, último mes del año, tiempo en el que el bochorno trae entre otras cosas la maravillosa sensación de estar en el borde de las vacaciones, y con un pienso veraniego que insiste en hacernos copamiento mental. Livianos y ágiles asuntos acuden a la cabeza, pero ¿cuáles de ellos están relacionados con la mesa de luz- ya que de eso se tratan estos párrafos? Durante el verano, mi mesa de luz se muda, sí, se mueve hacia coloridos y ventilados sitios, además se agranda, ya que debe sostener más objetos, y por si fuera poco se diversifica, con sólo mirarla responde las preguntas qué leo, qué miro, y qué   escucho.



Y ¿qué leeré en la estación estival? Siempre tengo un listado de quieros grande, pero esta vez le daré mi tiempo a dos pendientes de muchos años, dos libros recomendados en muchas oportunidades por distintos lectores y que se han cruzado con mis ganas en los últimos meses: El señor de las moscas de William Golding y Capitanes de la arena de Jorge Amado, además del libro Cuando los que escuchan hablan de María Esther Gilio. 

En cuanto a qué miraré en verano, todavía no lo tenemos resuelto, ya que hace sólo dos meses que terminamos de mirar Breaking bad –una temporada tras otra, sin pausa y con una prisa entusiasta que nos llevó a los tirones hasta el final- y luego de semejante serie, difícil es elegir a la sucesora, sin caer en inevitables comparaciones. Tiene buenas recomendaciones Games of thrones. ¿Alguna sugerencia?

Con la música siempre ando en el mismo trillo, aunque-somos unos cuantos los que compartimos el mismo equipo de música, razón que nos vuelve heterodoxos, sibaritas, y muuuuy tolerantes- además de tener en nuestro haber nuevas recomendaciones que veremos de ir descubriendo en las noches de enero, algo de Buenos muchachos, algo de Bajo Fondo, algo de Buscaglia, algo de One direction y algo de Katy Perry.

Me despido de ustedes queriendo saber acerca de sus mesas de luz –anhelando leer sus recomendaciones-, y deseándonos que el año por estrenar nos sea próspero y divertido. 

Felicidá, chinchín, y hasta pronto
Mayra

Top 10 Langue Lengue 2013

Decidimos hacer un Top 10 con lo mejor de nuestro 2013.

Todo lo escrito, sí Tuito, es tan bueno, tan bonito y tan regalado, que merece una segunda oportunidad, por eso hicimos el Top 10 seconchans- ¡es que, además, somos políglotas!!!

¿Qué todavía no leyeron las columnas ni una vez?!!! Entonces tienen que leerlas dos veces seguidas,¡sólo así aprenderán a sabuaarfer con la literatura, el psicoanaálisis y los petitás al estilo Languelengue!
Aquí vamos:

1)¿Qué es el humor, porqué nos reímos, es la literatura de humor considerada literatura? http://languelengue.blogspot.com/2013/08/el-humor.html

2) ¿Tragedia+psicoanálisis= comedia?, ¿es la risa el único lujo afectivo que nos permitimos los psicoanalistas estando en sesión? Primera y segunda parte del tema humor por Mayra

3)¿Cuál habrá sido la circunstancia en la que ocurrió la primera carcajada de la historia de la humanidad? Dos columnas sobre el humor escritas por Paola reflexionaron sobre tal cuestión.

4) Strictu Sensu, preciosa poesía de Elianna
Devenires, otra vez Eli, gracias a los cual tuvimos más poesía en Langue Lengue.

5)Nos fuimos a las Lacanoamaricanas en Buenos Aires, ¿psicoanálisis deshabitado?

6)Conocimos a la tía Chichita en las Lacanoamericanas, un verdadero placer del sabuaaarfer, por Mayra. 

7)Un cuento para conocer mejor a La domadora del tiempo, psicoanalista amiga de la tía Chichita, amiga de Langue Lengue.

8)Ficción vs realidad,  y mentira vs verdad

9) Acerca de Onetti, El pozo y la función de la ficción, primera y segunda parte, columnas escritas por Mayra.  http://languelengue.blogspot.com/2013/10/onetti-y-la-funcion-de-la-ficcion.html

10)En Palabras apropiadas le pedimos en préstamo una poesía a Peri Rossi, Anoche tuve un sueño, del libro Playstation, divertida y genial.

La ficción de trabajar la realidad de las neurosis



por Mayra Nebril

"Siempre he pensado que la narrativa es el arte primordial de los seres humanos. Para ser tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos. Lo que hoy relatamos de nuestra infancia no tiene nada que ver con lo que relataremos dentro de veinte años." Rosa Montero

La cita es del precioso libro La loca de la casa, y siguiéndola en su simpática afirmación agrego que los psicoanalistas bien sabemos que pocas cosas cambian más que el pasado a lo largo de un tratamiento. Porque el pasado es recorte y mirada, la memoria es una construcción. Al momento de comenzar un análisis algo está trancado en la posibilidad de novelar, a veces hay un narrar en exceso, y las imágenes invaden la vida, otras  veces y qué terrible es, los hechos imperan y comandan el discurso llevando horas de escucha la posibilidad de despegue de las imágenes para que sobrevuelen unos pocos centímetros los hechos. Muchas otras quien viene narra en tercera persona, desde otra voz, y sin lugar a dudas, desde otros ojos.

 ¿Las distintas neurosis se relacionan distinto con la realidad y la ficción?
Si bien se me hace difícil precisar cómo es para la fobia, cómo para la histeria y cómo para la neurosis obsesiva, ya que las preguntas-cuando llegan- abren tiempos de investigación más que de conclusiones; sé que en la clínica hay distintas maneras de ficcionar. También sé que hay muchos modos de decir sobre esas ficciones. Distintas maneras de habitar, autorizar y hacer con esos mundos paralelos.
Hay quien tiene un mundo imaginario, paralelo, que no se toca con la realidad, una especie de película que se alimenta a diario, y que no compone el relato oficial de una vida. Un secreto mundo privado al que asistimos gracias al pedido de asociación libre, somos, así, espectadores de un tesoro que se abre a nuestra escucha. Construcciones de grandilocuencia, historias que reparan la cruel o ingrata realidad, un universo que no tiene sobre la realidad de la vida efectos notorios. Mundos unipersonales.

Hay quien tiene un mundo que crece perpendicular al relato que hace público, es un mundo en el que se practican los hechos que luego se intentarán en el oficial, un espacio en el que se toma coraje, se vislumbran posibilidades de éxitos y fracasos, se juega con puertas y ventanas que si se abren ventilarán la vida. Es un mundo por el que el discurso del paciente deambula sin demasiadas barreras, es un secreto a voces, un espacio de la intimidad que se comparte más fácilmente.

Hay también quienes alimentan un mundo paralelo que se relaciona al de la realidad a través de la mentira, hay un ficcionar que inventa para los elegidos hechos que no existieron en eso que llamamos vida, mentiras que dicen ¿hasta creerlas?, a fuerza de repetición.

Y hay quienes viven pegados al mundo de los hechos, sin posibilidades más que mínimas de fantasear, de desplegar alas para mirar el mundo desde lo alto. Es un mundo árido, donde crecen pocas ilusiones.

He estado mirando entrevistas a escritores y leyendo otras, -disfruto mucho de escucharlos decir acerca de la creación de esos universos tangibles, de tan diversas consistencias, que uno al leer habita-,y de hecho al estar movida por la pregunta sobre la realidad-ficción, y la manera de novelar de los distintos pacientes, he escuchado las reflexiones que hacen sobre el tema atravesadas por el cernidor de estas interrogantes. Y entonces se hizo notorio que la manera de vivir la realidad y la ficción dista de ser la misma en todos los escritores. Y al igual que con los analizantes escucho la manera en que la ficción toma vuelo y se eleva sobre el mundo de los hechos, queriendo comprender los diferentes modos.

Onetti, para comenzar por quien hemos estado trabajando en Langue Lengue, le dice a María Esther Gillo en la entrevista Estás aquí para creerme, que no está en sus manos que Julita, el personaje de Juntacadáveres viva o muera, es una afirmación sorprendente y contundente la que hace, nos dice que el destino de sus personajes no es su decisión, que ellos viven según una lógica interna-de otro mundo- que él capta y transcribe. Onetti relata acerca de un mundo del cual no es parte; él está excluido pero es desde allí que escribe.

En cambio Cortázar en una entrevista realizada por Joaquín Serrano Soler, en el programa A fondo, dice habitar el mismo mundo de sus relatos; que esa frontera entre el mundo de la realidad y el mundo de la fantasía nunca tuvo la fijeza de la que otros dan cuenta. Fue en la pubertad que descubrió que para uno de sus amigos, determinados sucesos que para él eran aventuras interesantes, eran considerados ilusorios y aniñados (la anécdota está asociada al préstamos de una novela de Julio Verne que a Cortázar le había encantado, y en cambio a su compinche, le desilusiona por ser tan fantasiosa). Una novela que a él le cuenta sobre una realidad posible, universo del cual Cortázar es participante, sitio en el que viven sus relatos. Julio pareciera  narrar en su escritura acerca de un lugar al que pertenece.

Umberto Eco, por último, en el libro Confesiones de un joven novelista, describe la manera en la que se da la creación de sus novelas, y resulta que diagrama un mundo, lo dibuja, lo mide-realmente sabe la cantidad de metros que hay en la abadía entre tal y cual zona, motivo por el cual sabe también la duración posible de los diálogos- un universo coronometrado,  analizado con rigurosidad y detalle; acerca del cual, luego, escribe. Él es el creador, él hace y deshace en ese sitio, construye un universo sobre el que manda.

Son tres escritores con sus modos de hacer ficción, son tres ejemplos bien diferentes de convivencia del par realidad-ficción, estilos que encuentro también en la clínica, maneras que se me ocurre agrupar entre la manera de novelar de las neurosis y las maneras de escribir de los escritores.

El modo de cultivar un mundo paralelo que no se toca con la vida oficial, como hace Onetti al excluirse del mundo acerca del cual escribe; o los mundos perpendiculares que se tocan en circunstancias determinadas con la vida real, mundos que al estilo de Cortázar se zambullen en el devenir cotidiano en una continua cinta de Moebius; o mundos ¿mentidos?, inventados, que como hace Eco se levantan a fuerza de decisión y se construyen teniendo en cuenta planos, medidas, y poder sobre las tensiones en juego.

Si bien los escritores siempre nos enlazan en sus creaciones al ser libros publicados, leídos y comentados, de todas maneras hay una similitud o un `puente que me permite pensar en la clínica, en esos otros escritores más privados que nos relatan, -ya que también hay otro en el relato sostenido en transferencia-, sus mundos ficcionales, y la línea gruesa o fina que trazan entre ficción y realidad.  
Me pregunto, cada vez, si este mundo paralelo puede alimentarse en un análisis, de hecho la manera de escuchar deteniéndose o no en esos sitios es una manera de puntuar, o si en cambio será necesario podar sus ramas para propiciar que florezcan jazmines más dulces en la vida real, o si la manera será pensar en el hacer con eso algo, o hacer con otros eso. Cuestiones técnicas que al abrir la posibilidad de la pregunta orientan la dirección de la cura. 
Cada vez, cada vez, cada vez...

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