Acerca de la estética freudiana


por Mayra Nebril

¿Cuál fue la estética freudiana? No puedo responder a esa pregunta, pero al formularla logro hacer una pequeña asociación, -quizás evidente para algunos-, Freud recibe el Premio Goethe, premio otorgado fundamentalmente a escritores, y leyendo en serie algunos de sus textos acerca de estética -Dostoievski, Leonardo, Miguel Ángel, o el escrito acerca del mismo Goethe-  y recordando sus escritos clínicos, se percibe que hay allí un invento en su modo de hacer entre otras cosas, literatura. Freud, además de fundar el método psicoanalítico, gesta también la literatura psicoanalítica, un nuevo género literario.

Cita de Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud) 1893-95
Apartado: Señorita Elizabeth von R. –Freud- Amorrortu editores


“No he sido psicoterapeuta siempre, sino que me he educado, como otros neuropatólogos, en diagnósticos locales y electroprognosis, y por eso a mí mismo me resulta singular que los historiales clínicos por mí escritos se lean como unas novelas breves, y de ellos esté ausente, por así decir, el sello de seriedad que lleva estampado lo científico. Por eso me tengo que consolar diciendo que la responsable de ese resultado es la naturaleza misma del asunto, más que alguna predilección mía; es que el diagnostico local y las reacciones eléctricas no cumplen mayor papel en el estudio de la histeria, mientras que una exposición en profundidad de los procesos anímicos como la que estamos habituados a recibir del poeta me permite, mediando la aplicación de unas pocas fórmulas psicológicas, obtener una suerte de intelección sobre la marcha de una histeria.

Los psicopetitás, marco teórico inaugural de la a/f/amada psicoanalista La tía Chichita.


Estimados seguidores y seguidoras:

Comenzando el año, quiero remangarme para ofrecerles el cuerpo del marco teórico que sostendrá mis escritos. Sabido es que no puedo incluir todo lo necesario, el NOTODO está en todas partes, pero al menos voy a dejarles una porción, claro que será una porción a medida y proporción de mi amplia teorización, para que vayan penetrando el universo del objeto y la estética psicoanalítica.

Propongo la existencia de tres tipos de objetos.
Sí, así como lo leen, mis estimados colegas. Pero no se preocupen, ni se desalienten, que paso a paso, iremos entrando en LA escalera conceptual ascendente.

Cierto es que tomo por válido el planteo de Lacan acerca del primer objeto. El Petit-á fundacional. O sea que son dos los que invento en mi sabuuarfer, pero además, como corresponde a todo psicoanalista que se nombre como tal, reinvento al Petitá fundacional en mi clínica, clínica de la que he sabido dar cuenta en varios congresos y actividades, como bien saben mis queridos seguidores.

Primero el petit-á del cual Lacan habló largamente y todos nosotros también, citando copiosamente al maestro, así que allí no voy a meterme más que para pedirles que lo lean y lo aprendan, con paciencia y despacito van a ir entendiendo, no paren que sigue y sigue.

En segundo lugar estaría el objeto Petitá, juego homofónico con el primero, objeto petit a lacaniano, ¿ya lo habían descubierto?, lo aclaro de todas maneras ya que siempre el público se renueva, y alguno debe venir en el grupito de los rezagados,-mi teoría es inclusiva, allinclusive, ¡pero no por eso vulgar!, ¡ni proclive a la vulgarización!, sepan que respeta el ánimo oscurantista de mi tribu- ojeto petitá que descubrí en mi posibilidad de lectura a la letra, descubrimiento de mi autoría, del cual soy madre, -no padre- y cuenta con mi firma, ya que nació de mi sabuuuarfer.

Ese Petitá es y no es parte del cuerpo, es y no parte del sujeto, es el borde de TODO agujero. ¿Ahora los visualizan mejor? ¡Qué imagen! ¿No lo logró todavía? Descuide, también de eso se trata, colegas principiantes, de estimularlos a crear variedades de Petitás, no queremos un petitá coagulado, esclerótico, tenemos que inventarlo cada vez para cada quien, ir hasta el unercanté  y regresar victoriosos con el petitá de esa tierra. Logrando desatar un goce deseoso de amor al psicoanálisis, porque dejaremos caer Algranotre, A, y así encontraremos, en el más allá del principio de realidad, nuevos colegas hablando y definiendo a los Petitás.

Y en tercer lugar, como tercer tipo de objeto, sostengo -también de mi total autoría, aun sabiendo que se convertirá en concepto patrimonio mundial- que para los psicoanalistas existiría una subespecie de petitás. 

Los Petitás Psicoanalíticos, objetos que al nacer un colega, al emerger un psicoanalista de algún diván, advendrán con él para ser y convertirse en sus petitás técnicos.

Dichos petitás psicoanalíticos, a los que de aquí en más llamaremos Psicopetitás, dan cuerpo al colega naciente, también lo visten, y acicalan, y poco a poco lo afirman en una estética que de saber leer entre líneas reflejará su ética.

Pero ¿cómo se arriba al advenimiento de esa serie de psicopetitás que acompañarán la carrera del colega yunior?, ¿son los psicopetitás elementos identificatorios a su analista?, ¿son una construcción del análisis, un aprender a sabuaaarfer también con el mundo objetal del psicopetiteo?,¿hay Uno en el universo del psicopetitá?, ¿cómo podemos interpretar la caída en el estereotipo del psicopetitá de algunos colegas?, ¿acaso los psicopetitás son sólo materiales-diván, título enmarcado, pipa, barba, mechitas, vestimenta tipo, biblioteca con la colección verde de amorroto?, ¿o permiten en su definición la inclusión de lo inmaterial? O sea ¿existen psicopetitás inmateriales- y ejemplifico para que puedan seguir conmigo hasta el final: es un psicopetitá el dominio del silencio, el tono de voz, el manejo del estilo interrogativo, la manera de tomar nota, y otros cuantos etcéteras que iremos desentrañando?

Les adelanto que el psicopetitá admite varias consistencias, colores y olores.

Los dejo en compañía de sus reflexiones las próximas dos semanas, y los invito a que ustedes den sus primeros pasos en la construcción de lecturas posibles acerca de las relaciones entre la  estética y la elección de los psicopetitás que han hecho. 
Trabajaré para hacerles visibles los psicopetitás de los grandes psicoanalistas.

Espero que esta columna inaugure el espacio de intercambio.
Hasta la próxima...

Siempre suya,
La tía Chichita

Jorge Luis Borges en LangueLengue II

En el encuentro del 19 de setiembre de 1980 en la Escuela Freudiana de Buenos Aires, al que hacíamos referencia en la cita anterior de Palabras Apropiadas, Borges siguió hablando de los sueños desde esa idea suya del sueño como fenómeno estético y contó –entre otros- el siguiente sueño:

“yo me encontraba con un amigo, esto ocurría en la calle Serrano de Palermo, o en la calle Serrano de 1910, todas casas bajas, y huecos, yo me encontraba con un amigo y me costaba reconocerlo, estaba la cara llena de arrugas, de cicatrices, y después yo le digo, él tenía, tenía la mano así en el saco, y yo le digo: Caramba, qué cambiado estás. Sí, me dice, estoy muy cambiado, más cambiado de lo que podés imaginar, entonces lentamente sacó la mano y era una garra; ahora, eso es curioso, porque yo había creado el sueño, es decir que yo había hecho que él se acercara a mí con la mano adentro del saco para que fuera una sorpresa la garra, sin embargo esa sorpresa que yo había preparado me asombró cuando llegó, y esto arroja una luz muy curiosa sobre los sueños”.


Borges en la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Edit.: Agalma. Pag.: 30.


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