Paola
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En estas últimas y frías semanas de invierno, la manía de leer al menos dos o tres párrafos antes de entregarme en brazos de Morfeo, se ha visto reducida a dos o tres palabras, como mucho una oración. El acto de leer antes de dormir, pequeño placer cotidiano, ha sido pura intención. Y así, mi mesa de luz se ha convertido en una pila de libros que aburridos esperan que les sacuda la modorra, el polvo y los pañuelos de papel con los que combato los molestos síntomas de un persistente resfrío.
Aguardan entonces Inglaterra, mi Inglaterra y otras historias de amor de D.H. Lawrence, Robinson Crusoe de D.Defoe y Emma de Jane Austen. Escritores todos ellos que conforman un itinerario de lecturas que armé siguiendo los ensayos que Virginia Woolf presenta en The Common Reader; libro maravilloso, agudo, inteligente y sensible que nos permite asistir a cómo Virginia Woolf lee la obra de autores como Defoe, Christina Rossetti, Jane Austen, George Eliot, Joseph Conrad entre otros. Las ventanas que abre en los textos, conforman una perspectiva que convierte en una tentación cada libro que su palabra toca. Imposible resistirse a entrar en ellos a crear nuestras propias ventanas, para lo cual es necesario mantener los ojos abiertos. Espero contar con esa suerte en esta segunda parte del año.
Cecilia
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Empiezo a odiar esta sección. Los libros equilibristas se amontonan en pilas que están por llegar al techo. Y por si esa desgracia fuera poca, ¡¿encima tengo que relatarla?! ¡Injusticia!
¡Te odio, mesa de luz! Asesinaré al próximo cristiano que me venga con "¡tenés que leer este libro, o este otro, que está buenísimo! Ah, y te mando el link a este otro, que te va a venir bárbaro". Están advertidos y el que avisa no traiciona. Dicen.
Así que con hondo dramatismo, y por cumplir con este espacio, hago una breve lista de libros semi-empezados, semi-abandonados, semi-postergados, semi-esperados (me prometí no comprar más libros hasta que la pila deje de amenazarme de soslayo con una muerte por aplastamiento casi inevitable si uno piensa que esos libros no fueron dispuestos con un criterio de conseguir el equilibrio: los más grandes abajo, los más pequeños arriba. Esa pila se armó solita; yo, arrrrgentina).
Me arrepentí. Acabo de decidir que lo mejor será contarles los libros que entre ayer y hoy tuve en mis manos, con alguna intención de cosechar los bajos instintos de la lectura. Así evito el suicidio. Mejor mirar el vaso medio lleno. Dicen. Hagámosles caso a los optimistas. Por esta vez, no se vayan a creer (que la mayoría de las veces más que optimistas me parecen unos clisheístas importantes -eufemismo, claro, por no decir lo que quisiera).
Capítulos dispersos, de Mariana Casares: lo vengo leyendo esporádicamente, uno o dos cuentos cada algunos días. Me hice suscriptora del Conciliábulo de lectores de Estuario Editora, y con eso, por módicos $150 me llega un libro por mes, que elijo entre los cinco ofrecidos ese mes. Se los recomiendo. La edición es preciosa, los libritos son más bien cortos, y presentan escritores montevideanos que están hoy ejerciendo el viejo oficio (el otro).
Mi lectura más continua de estos días, que vengo practicando plácidamente en cada ómnibus capitalino que abordo -y me deja ir sentada y no muy aplastada-, y luego en la tranquilidad del hogar, es (Po)ética del psicoanálisis, de Rosario Herrera Guido, con prólogo de Néstor Braunstein. Vengo a buen ritmo y el libro está super interesante, para mí, por lo menos, que tengo un interés bien grande por la literatura y el psicoanálisis y el encuentro amoroso entre ellos (ella y él se quieren, ¿sabían? Tienen una relación un poco conflictiva, a veces. Ella lo defenestra bastante, pero ya sabemos cómo somos la histéricas... Él le arrastra el ala, se pone poético, y lee según los mismos estilos. ¡Viva la poesía!).
Mayra
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¿Qué estoy leyendo hoy?
Sigo peleando con La lógica del fantasma, el seminario 14 de Lacan, ya que si bien lo voy leyendo, se interponen otros que tal vez por ser de más ágil lectura y ser prestados los abordo más rápidamente, ese es el caso de Al comienzo era el amor, Psicoanálisis y fe, de Julia Kristeva y Las intervenciones del analista de Isidoro Vegh.
Por otra parte ávida de lectura de ficción, y luego de leer El libro negro, disfruto de La vida nueva ambos de Orhan Pamuk, novela que leo deteniéndome a sacar nota (tampoco es mío el ejemplar por lo tanto no puedo subrayarlo, ni hacerle anotaciones en los márgenes como tanto me gusta), es increíble cómo Occidente se vuelve algo tan ajeno, y Oriente algo tan tangible en pocos párrafos de lectura.
Por las noches, sobre mi mesa de luz siguen dándome aliento Los autonautas de la cosmopista de Cortázar y La caverna de Saramago.
Elianna
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Hace unos días adquirí el Diccionario de usos y dudas del español actual (DUDEA), una joyita de José Martínez de Sousa, gracias a una compañera que gestionó la importación desde España. No he parado de leerlo y de hojearlo, en los ratos libres. No lo llevo en la mochila porque es demasiado pesado, pero sobre todo porque en la mochila llevo mi lectura principal de estos días: se trata de un libro en ciernes, mi primer trabajo de corrección de un texto literario y la ópera prima de la amiga Mayra: La orfandad de la araña. ¡Ya lo van a ver en las vidrieras de las librerías!. Sé que esta impresión es totalmente subjetiva, y, a decir verdad, no quisiera que fuera de otra manera: ensayar la corrección de estilo con un trabajo tan ansiado de un ser tan querido es un placer, un honor, y un enorme desafío para mí.
En mi mesa de luz hay una cuadernola que entre sus páginas conserva unos poemas que un amigo me regaló hace poco, escritos por él. Hermosos. También tengo a mano unos manojos de fotocopias de libros que alguna vez me gustaría tener: Lingüística e historia literaria, de Leo Spitzer (ayer retomé el capítulo titulado "Perspectivismo lingüístico en el Quijote"), y Estética de la creación verbal, de M.M. Bajtín. A través de la relectura de estos capítulos, subrayados y con unas cuantas anotaciones en los márgenes, recuerdo las valiosas e inolvidables clases de Alma Bolón en el IPA.
8 de Julio de 2012
Ustedes lectores
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MARIELLA8 de julio de 2012 23:10
Por acá mis libros están hibernando,Barrabás de Lagerkvist vino de la biblioteca a pasar la noche pero ya se fue, esperare a ver quien me elije ....
Langue Lengue14 de julio de 2012 16:35
Y pensar que Flush intentó treparse a tu cama! Casi lo logra en las dos primeras páginas pero parece que después los caminos se bifurcaron y el melancólico spaniel se buscó otras cobijas y vos otra compañía.
Sucede.
Esperamos noticias de nuevos intentos.
Paola.
Suprimir
MARIELLA14 de julio de 2012 20:01
Flush no venia solo jajaajajajajajaja
Roberto J. Meny Brito10 de julio de 2012 00:26
Entre que mi mesita de luz es muy chiquita y la gata, que insiste en pasar permanentemente por entre todo lo que allí tengo, solo hay cabida para uno o dos títulos por vez. En estos momentos hay un par: «Amor delivery: sexo y amor en la era del consumo», de Laura Jazmín Gulí, y «Mientras escribo», de Stephen King. El primero ya está llegando al final, pero antes de que lo termine por completo, me fue inevitable comenzar con el segundo. Me pasa casi siempre. Es como lo que sucede en una carrera de postas: así como en la pista dos competidores del mismo equipo están habilitados a correr cierta cantidad de metros con el testimonio tomado por ambos, en mi cama está permitido —las reglas las pongo yo, ¿ta?— estar leyendo el epílogo de uno y el prólogo del siguiente... Bueno, en realidad, no solo el prólogo: más bien unas quince o veinte páginas más, no les voy a mentir.
Clarice Starling13 de julio de 2012 22:12
Estoy leyendo a Langstone Hughes:"Riendo por no llorar", historias cortas (la mayoria en tono de denuncia aunque con ironia) que dan voz a los negros de Harlem en la America racista de los años 50. Recomiendo a este gran exponente de lo que fue o se conoce como el Harlem Renaissance. Hace poquito también terminé la novela que inspiró la recordada película "Atrapado sin salida", me refiero a One Flew Over the Cuckoo's Nest, de Ken Kessey. Otro ejemplo de que lo fílmico no supera al libro. Creo que en el futuro este tema: la transposición del libro a la pantalla, puede ser un tema lindo para el blog. Saludos para ustedes.