Niños escritores- El duende

por Mari, Inés, y Guada 


El oso quería volver a ver a un duende que se llamaba Pedro, era un duende al que había visto una sola vez. Aquel encuentro había sido increíble, mágico. Tanto así que se había caído de cola y le habían quedado las pompis bien rojas. Le dio vergüenza ser tan asustadizo con un duende tan pequeñito, por eso se hizo el enojado y le dijo Basta, no me molestes más. El duende sonrió, se disculpó, le dio al oso un beso en la nariz y desapareció en el bosque. ¿Cómo te llamás?, le preguntó el oso cuando ya casi no se lo veía, Pedro, le respondió. 

No todos los días pueden ser geniales, pero el oso cree que hoy va a volver a verlo, sabe que muy pronto va a tener una segunda oportunidad.

Niños escritores- Se aceptan mascotas

por Inés y Guada

Había una vez un edificio que dejaba tener mascotas y que por eso mucha gente quería vivir ahí. 
En el 203 vivía Natalia que tenía una perra blanca con manchitas marrones, su nombre era Inés. A las dos les encantaba usar moñas- tenían de diferentes colores, a lunares, rayadas, ¿vieron que hay mucha gente que dice que las mascotas se parecen a sus amos?, así eran Natalia e Inés. También vivía con ellas una lora que se llamaba M, no le habían encontrado un nombre mejor, le decían señora M, porque era la más seria de las tres. Era verde cotorra con un rabo multicolor, a M le ponían moñas y lazos que hacían juego con los colores del rabo, a veces refunfuñaba pero al final se las quedaba, no tenía manos para quitárselas y además muchas veces le mejoraban el humor.

Resulta que una tarde se mudó al apartamento de enfrente Daniel. Tenía una gata que se llamaba Lupita, era pequeña, tierna y bonita, pero también era muy traviesa. Una noche Lupita tenía hambre y ya no le quedaban pastillas en su plato, saltó a la terraza de la vecina y ahí se encontró con Inés. Desde el otro lado del vidrio la perra le ladraba enojadísima, ¡Lupita estaba paseándose frente a su ventana y le comía su comida! ¡Qué gata tan atrevida! 

La señora M gritó Cállate, Inés, sssshhhh, cállate  de una vez. 

Natalia ya se había despertado. Cuando vio a la gatita salió a la terraza y la aupó. ¡Era tan dulce! Maullaba. Daniel salió también a ver qué era el alboroto que escuchaba. Se miraron y quedaron enamorados, pero todavía no creyeron que fuera de verdad. 

Inés empezó a jugar con Lupita. Natalia y Daniel tenían motivos para encontrarse, sus mascotas eran amigas, la señora M estaba incluso de mejor humor, al final se hicieron novios, era obvio que iba a pasar. Todos siguen viviendo juntos en ese edificio tan lindo de la ciudad.

Languelengue celebra el Día del Niño


"Lo mejor del mundo son los niños" escribe Fernando Pessoa en el poema Libertad.

Y sí! Nadie como los niños para mirar la vida con ojos de asombro e instalarnos la sensación de que el propio hecho de vivir es misterioso, curioso, una rareza y así dejarnos desasosegados.
Aprovechando que estamos cerquita del Día del Niño, en Langue Lengue se nos ocurrió convocar a todos, todos los niños a escribir un cuento o un poema que luego publicaremos en nuestro blog.
Recibiremos las obras de nuestros entusiastas y valientes escritores hasta el viernes 19 de agosto a la dirección: languelengue@gmail.com
Será un enoooooorme placer recibirlos!!!!!


Y para que vayan disfrutando de la poesía para niños de Fernando Pessoa les vamos a ir contando/cantando tres poesías.
La primera de la serie se llama Poema para Lily y la leerán para todos Uds. Paola y Francesca.
Esperamos la disfruten!




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