Llamado a la solidaridad

Cecilia Fernández
Se ha perdido, en las inmediaciones de la Universidad, una idea.

Se me cayó casi al descuido, como quien no quiere la cosa. 

Venía meditabunda, enredada con otras ideas que la toreaban en patota, haciendo alarde de complicidad compartida, denigrándola hasta la insignificancia. Poco duró el ensañamiento. Aunque intenso, pronto dejaron de observarla, abocadas en acariciarse el lomo mutuamente, en una performance histérica de alto vuelo. También yo la perdí de vista, fascinada en ese espectáculo de histrionismo shakespeareano, con ser o no ser incluido, entre otros craneamientos.  

No percibí el instante en que mi idea tímida se retraía lentamente hasta desaparecer, deslizándose calladamente en tobogán por mi pantalón hasta el suelo de la principal avenida. Al menos eso supongo, porque a decir verdad, no la vi.

Lo noté cuadras después. Cuando el espectáculo grandilocuente que me había tenido captada hasta ese entonces comenzó a aburrirme, y un vacío empezó a gestarse, tironeándome del pantalón, hasta adueñarse de mí completamente. 

Con horror, reparé en su ausencia. La boca del estómago acusó recibo y luego en oleadas crecientes, todo mi aparato digestivo y respiratorio, hasta la garganta.

Vestía jeans y buzo azul.

No es de valor para nadie más que para su dueña. 

Permuto por las otras, sapientes y seductoras, de gran valor en el mercado. Yo quiero mi idea. 

Se recompensará.

Por información, comunicarse a este blog. 



Publicado en  http://entretextosymediastramas.blogspot.com/
el 21 de Junio de 2012

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